Hombre y caballo. La Rapa das bestas enfrenta, desde hace cientos de años,dos fuerzas de la naturaleza. Los caballos salvajes de esta tierra se juntan para ser rapados por los aloitadores de la aldea. Miles de visitantes son testigos privilegiados de este rito anual. El primer fin de semana de julio. La rapa das bestas como principio y fin. La convivencia y la fiesta como transfondo.
Sudor, esfuerzo, polvo y niebla,. La madrugada para juntar las bestias y comenzar la bajada. Trabajo para los jovenes de la aldea, pero tambien para los visitantes que,por miles, acuden a la cita. Las tiendas de campaña son su hogar durante tres dias. La lucha entre hombre y caballo,lo que esperan ver.
Los días se dedican a la rapa a marcarlos,comprarlos o venderlos. Por la noche aún quedan fuerzas para disfrutar de la comida, el vino y la música. Los aloitadores/as cumplieron con su rito iniciático, una celebracion no contaminada de intereses comerciales y que se celebra de igual manera desde hace años.
Sudor, esfuerzo, polvo y niebla,. La madrugada para juntar las bestias y comenzar la bajada. Trabajo para los jovenes de la aldea, pero tambien para los visitantes que,por miles, acuden a la cita. Las tiendas de campaña son su hogar durante tres dias. La lucha entre hombre y caballo,lo que esperan ver.
Los días se dedican a la rapa a marcarlos,comprarlos o venderlos. Por la noche aún quedan fuerzas para disfrutar de la comida, el vino y la música. Los aloitadores/as cumplieron con su rito iniciático, una celebracion no contaminada de intereses comerciales y que se celebra de igual manera desde hace años.
